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El origen de los spaghetti parece remontarse al siglo XII, si bien no es hasta siete siglos después cuando se tiene constancia del término en un poema de la época. 


Existen diferentes tipos de espaguetis según el diámetro de los mismos, aunque todos ellos tienen las mismas necesidades durante la cocción. No obstante, un error muy común es añadir aceite mientras los espaguetis se cocinan. 


El tiempo será clave en el resultado. De hecho, la consistencia más habitual en Italia es al dente y admite preparaciones tan diferentes como alla bolognese, alla puttanesca, a la carbonara o, incluso, con marisco, como alle vongole. De cualquier forma, si se opta por añadir tan solo salsa de tomate, se recomienda saltear los spaghetti en la sartén junto al aderezo con el objetivo de integrar todos los sabores. Para terminar, agrega encima un poco de queso rallado italiano. ¡No hay plato más sencillo y delicioso!