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El Parmigiano Reggiano nace durante la Edad Media en los castillos y monasterios de la Diócesis de Parma en la provincia de Reggio Emilia, de donde proviene su nombre. Su receta es una tradición de diez siglos de historia, que conserva las mismas técnicas e ingredientes de antaño, creando generación tras generación un producto único en su especie.

Este queso cuenta con Denominación de Origen Protegida (D.O.P.) y tiene varias peculiaridades:

  • La leche utilizada para su producción proviene de vacas frisonas nacidas en el área típica que incluye las provincias de Parma, Reggio Emilia, Módena, Bolonia a la izquierda del río Reno y Mantua, a la derecha del Po. 

  • Las normas de alimentación de los animales son muy estrictas: solo pueden consumir forrajes locales, estando prohibidos los ensilados y otros fermentos. 

  • La leche se utiliza dentro de las dos horas del ordeño y se usa cruda, sin ningún aditivo y ni tratamiento térmico. 

  • Para elaborar un solo kilogramo de Parmigiano Reggiano se necesitan dieciséis litros de leche.

El período mínimo de curación para estos quesos es de doce meses, pudiendo llegar hasta los treinta y seis. Entre sus usos más habituales está el de condimentar ensaladas y distintos tipos de pastas, tanto rallado como laminado. También se puede añadir a las pizzas. En sus versiones más jóvenes se come troceado con higos o peras.


        FICHA TÉCNICA 

  • 350 gramos

  • Leche de vaca, cuajo, sal.

  • Origen: D.O.P.

  • Contiene lactosa.

  • Mantener refrigerado.